jueves, 6 de octubre de 2011

Una vez más.

Una vez mas recurro a tu cuerpo desnudo,
Una vez mas, te tomo en mi control, absorbo tu esencia,
Te acaricio con los labios, y te susurro secretillos al alba,
Y tu quieto, atento, o por lo menos lo aparentas.

Sangras y al hablar, tu acento es muy marcado…
Verte en llamas me produce placer físico y mental;
He querido dejarte, ¿Sabes?, pero no puedo amanecer sin
Una dosis desenfrenada tuya…

Por momentos de adoro, y también te odio,
Porque tu muerte me complace, y cuando ya no estas
Todo parece sordo y plano, todo parece tranquilo,
Y después, viene la angustia de quererte entre mis manos una vez más…

El sujeto de la bata blanca me dijo que debía alejarme de ti…
Que no eres bueno para mi salud….
Utilizó sus audífonos para comprobar que acabarás conmigo
Tarde, o temprano…

A veces pienso que eres mi único amigo,
Porque ¿Quién mas se queda mudo mientras hablas?
Cuando lloras y gritas hasta que tu garganta es ficticia,
¿Quién, si no, tú?


Todas las mañana veo todos tus cadáveres,
Ya sin fuego, sin esa luz, sin ese lenguaje tan misterioso,
Aglomerados en un espacio rodeado por cuatro de limitantes,
Expidiendo una energía blanca, que me acaricia los dedos…
Sobre mi buró, o a un lado de la guitarra,
A veces en la sala, o en el comedor…
Después de todo, tengo muchos ceniceros en casa…


-Aura.






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